NEUROBIOLOGÍA DE LAS EMOCIONES. LAS APORTACIONES DE STEPHEN PORGES

En el humano la vida tiene muchas facetas, algunas derivadas de la evolución biológica, como la perpetuación de la especie,la conservación y el metabolismo energético, su relación con el ambiente en sus múltiples manifestaciones, del cual es integrante, y otras derivadas de la interacción entre organismos que además de la evolución biológica derivan de la evolución social y cultural. En la evolución, la mayoría de las manifestaciones funcionales no son diferentes entre el humano y las demás especies, los procesos energéticos, la respiración, la alimentación,la movilidad, la reproducción y diversas manifestaciones conductuales básicas; sin embargo, el carácter diferencial estriba en el desarrollo y manifestación de los procesos emocionales y cognitivos, resultantes de la evolución del cerebro. La evolución del cerebro humano se ha constituido en un tema de interés central para las neurociencias; al respecto, F. Katona ha postulado que la locomoción bípeda con todas las condiciones funcionales que implica y las necesidades culturales de adaptaciones neurofisiológicas y epigenéticas contribuyeron en ese complejo proceso (Mandujano, et al., 2009; Mandujano, et al., 2012). La evolución del cerebro ha sido el resultado de la reorganización progresiva mediante múltiples extensiones de estructuras previas y de estrategias de autorregulación neural. A la vez que se conservaron las estructuras del tallo cerebral, del mesencéfalo, del diencéfalo y del hipocampo ancestral, en su desarrollo se modificó el telencéfalo. En las aves y en los dinosaurios el hipotálamo y el tálamo se conectan con una estructura externa del estriado y se piensa de manera hipotética que esta estructura desapareció en los mamíferos y la conexión se derivó a la corteza cerebral, constituida por los circuitos corticolímbicos. La consideración de esta historia evolutiva explica que el comportamiento depende de la integración vertical de todos los niveles del neuroeje evolucionado. Un elemento diferencial con otras especies es la neotenia radical que caracteriza al humano, los mecanismos de desarrollo embrionario se prolongan hasta etapas tardías de la infancia y tal vez de la pubertad temprana. Mediante la actividad, la comunicación y las interacciones se refuerza la conectividad, tantoen el sentido vertical como entre las diversas áreas de asociación corticolímbicas. Los estudios neuropsicológicos modernos basados en la neurociencia cognitiva y en los modelos de lesión,han permitido concluir que las actividades mentales superiores,emocionales y cognitivas no sólo implican al neocortex, sino a las regiones paleocorticales, así como las estructuras subcorticales de acuerdo con sus nuevas relaciones de conectividad, especialmente el hipocampo y la amígdala. En estas estructuras se basan tanto los procesos emocionales como la memoria. La emoción a la vez que tiene una base biológica con relación a los procesos de adaptación y supervivencia de la especie humana, dadas sus relaciones suprasegmentarias y memorias filogenéticas se constituye como el motor y regulador de la conducta al interior del organismo y en su relación social.

Desde la filosofía griega, Platón y Aristóteles discutieron el tema bajo el concepto de “pasiones”, enfatizando sus efectos deletéreos sobre la conducta, la razón y el intelecto. A partir de esta aproximación inicial comenzó la discusión sobre la naturaleza de las emociones y su influencia en el comportamiento. En cuanto a su concepción general, sus ideas permanecieron con cambios mínimos los siguientes veinte siglos, ya que las enseñanzas del mundo griego han sido siempre un referente importante en los grandes debates que se han dado con relación a los fenómenos psicológicos. De Alizo, L. y Trueba, A. publicaron importantes reflexiones relativas a los planteamientos de estos filósofos griegos (De Alizo, Trueba, Atienza, 2009). La mayoría de filósofos e intelectuales de la cultura occidental han comentado acerca de las emociones, San Agustín, Santo Tomás, Descartes, entre otros, y Casado C. ha descrito los rasgos generales de este recorrido(Casado and Colomo, 2006). Con todo, faltaba recorrer un largo camino para explicar sus mecanismos fisiológicos y como se enfoca en la actualidad, neurológicos y evolutivos. Damasio A. enfatiza que esa oposición entre emoción y razonamiento obstaculizó la investigación al menos hasta bien avanzado el siglo XX (Damasio, 1998). Las emociones han sido estudiadas de manera tangencial en la mayoría de las ciencias que se han interesado en su explicación, ya que su naturaleza difusa e imprecisa dificulta su abordaje científico, aunque durante el siglo XIX autores como Charles Darwin, William James y Sigmund Freud, con sus planteamientos abrieron el camino para el estudio del tema. Damasio también postula que la negligencia en el estudio de las emociones tuvo “curiosas” situaciones paralelas, como la falta de perspectiva evolucionista en los estudios del cerebro y de la mente "como si Darwin no hubiera existido”, dada la dificultad para la verificación empírica de los planteamientos. Otro tema no considerado, a pesar de los avances en la fisiología, fue la noción de la regulación homeostática en el estudio del cerebro y de la mente,así como el estudio del cerebro y de la mente desintegrado del organismo como un todo (Damasio, 1998).

En la actualidad el panorama es muy distinto; el cambio se inició con los trabajos de Charles Darwin, para el tema que nos ocupa, en su libro extraordinario The Expression of the Emotionsin Man and Animals publicado en 1872 (Darwin, 1872) (figura 1), traducido en diversas versiones al castellano, que por cierto no tuvo el debido impacto los siguientes cincuenta años a su publicación. Darwin inicia comentando la nula utilidad de los numerosos libros sobre fisiognomía (más de cuarenta), pero sí la im-portancia del trabajo artístico como el de Charles Le Brun (Frostand Rublack, 2016 ; Le Brun, 1727) como lo anota en la referencia( Conférences sur l´expresssion des différents Caractères des Passions,Paris 4to, 1667. Darwin se basó en la publicación “ Conférences inthe edition of Lavater, by Moreau, 1820, Vol IX ,p. 257) (figuras 2-5)

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Continuó mencionando la obra del médico, anatomista, fisió-logo y artista, Sir Charles Bell en su libro Essays on the Anatomy ofExpressions in Painting (figuras 6 y 7)

Al plantear los “principios generales de la expresión” se basó también en los textos anatómicos contemporáneos como el de Jacob Henle (figura 8) y de fisiólogos e intelectuales como Herbert Spencer, Muller, Huxley, Gratiolet, Maudsley, C. Bernard yR. Virchow. Otras reflexiones importantes en la construcción del conocimiento de las emociones, no mencionadas por Darwin,son L’interrogation sur les passions , como término descriptivo para la emociones como la obra de René Descartes de 1649, Les pas-sions de l’âme , la de Baruch Spinoza (Amsterdam, 1632 - La Haya,1677) en Ethique III , David Hume (1711-1776) en Traité de la nature humaine , que derivaron en la tesis médica de d’Esquirol en1805, Des passions considérées comme Causes, Symptômes et Moyenscuratifs de l’Aliénation mentale. Darwin intentó a la luz de los conocimientos de su época plantear la relación entre la conducta y los reflejos, los hábitos y los instintos. Postuló tres principios: a)de los hábitos útiles asociados, b) de la antítesis y c) el principio de las asociaciones debidas a la constitución del sistema nervioso, con total independencia de la voluntad y en cierta medida libres también del hábito, que ha sido base para teorías como el asociacionismo (conductismo), la etología y la psicología comparada.

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Aunque no logró explicar la naturaleza neurofisiológica de la expresión de las emociones o de sus mecanismos intrínsecos,sentó las bases para futuras investigaciones. De particular interés es la nota que hizo de la novela de Mrs. Oliphant, “ Miss Majoribanks: As soon as the sufferer is fully conscious that nothing canbe done, despair or deep sorrow takes the place of frantic grief. The sufferer sits motionless, or gently rocks to and fro; the circulation becomeslanguid; respiration is almost forgotten, and deep sighs are drawn. Allthis reacts on the brain, and prostration soon follows with collapsed muscles and dulled eyes“ . (“El infortunado se sienta, inmóvil o conun ligero balanceo; la circulación se hace lenta, la respiración casi se olvida… Esto reacciona en el cerebro y entra en estado de postración seguido de colapso muscular y mirada apagada”.)(Darwin, 1873), que será comentada en apartados posteriores en su relación con las funciones nerviosas autonómicas.

Willam James, Walter Canon y Philip Bard, avanzaron en elestudio de las emociones, desde el punto de vista neurofisológico, lo cual a su vez abrió el paso al desarrollo de la neurociencia cognitiva. Damasio señala, además, la racionalidad de las emociones, al enfatizar que la emoción es la expresión más compleja de los sistemas homeostáticos regulatorios (a lo cual podemos agregar homeorrésicos). La emoción cubre un objetivo de supervivencia, alerta y protege a los organismos en casos de peligro y conduce conductas como la búsqueda de alimentos o la conducta sexual (Damasio, 1998).

El análisis de los planteamientos de Stephen Porges constituye uno de los objetivos primordiales de este texto. En concordancia con las propuestas de neurocientíficos como Ivan Paul Yakolev, Don Tucker, Mark Johnson, entre otros, al profundizar el papel del sistema nervioso autónomo en términos de la “teoría polivagal” (Porges, 2007), en contexto con los procesos de autorregulación con un funcionamiento jerarquizado, desde los niveles bulboprotuberanciales, mesencefálicos, diencéfalicos,hasta los niveles córtico-límbicos.

El enfoque biológico y evolutivo implica plantear como hipótesis que “la vida es esencialmente autorregulación” y que la emoción y la cognición son componentes, son manifestaciones esenciales de la vida, cuyos mecanismos más diferenciados de esta regulación en sus interacciones con el exterior terminan por extenderse al universo entero (Piaget, 1985). El sistema nervioso y su sistema solidario, el endócrino, constituyen los órganos reguladores por excelencia y se manifiestan desde la vida embrionaria como producto de la organización biológica en la etapa delas diferenciaciones y las inducciones, lo cual no le impide que en la etapa de la reintegración funcional sirva de órgano esencial de nuevas regulaciones. El desarrollo orgánico e individualreúne en una misma totalidad funcional los procesos de diferenciación y de integración. Las regulaciones emocionales y cognitivas obedecen a las leyes de la biología, la regulación emocional se encuentra estrechamente ligada, tanto a factores biológicos (especialmente neurológicos y endócrinos), como conductuales y prepara el potencial cognitivo, ya que las emociones son responsables de organizar la forma de respuesta positiva o negativaa sucesos externos o internos, intrínsecos y extrínsecos. Corresponde de esta manera a la regulación conductual el proceso que facilita o no la inhibición y activación de acciones dirigidas a un objetivo. Por lo tanto, las conductas se encuentran generalmente asociadas y requieren estar relacionadas con estados emocionales específicos y con la capacidad para regular la atención.

Las conductas o comportamientos se encuentran a su vez indisociablemente asociados al sistema sensorial y motor del que dependen estímulos y respuestas motrices respectivas, sin que uno pueda prescindir del otro (Pérez-Robles, et al., 2013), de tal forma que la regulación sensorial desde el nacimiento se relacionacon la maduración motora y marca los cambios en la capacidad para responder a los distintos estímulos modificando el sistemade organización motriz, cuya madurez se acelera desde los primeros años de la infancia.

Las emociones son un elemento vital para la conservación armoniosa de la vida desde sus niveles más elementales hasta las relaciones sociales y culturales.

El términ autorregulación tiene significados diferentes con relación a diferentes contextos. Puede equipararse con autocontrol, pero su uso es más restringido a situaciones particulares o específicas. El término autorregulación tiene un sentido más general y se refiere a ajustes autocorrectivos de naturaleza adaptativa, conforme se requieran ante determinados impulsos o situaciones externas, pero con ajustes internos. La autorregulación se refiere a la capacidad de organizar funciones básicas, emociones,comportamientos y pensamientos (cognición) posibilitando la elección de respuestas apropiadas a diferentes situaciones de demanda. Autorregulación y organización son categorías complementarias, interrelacionadas, es decir, la primera, es básicamenteun proceso y la segunda es, fundamentalmente, un estado, un resultado. Tiene diversos niveles jerarquizados de expresión:

Nivel I: tono basal (funciones básicas para la conservación dela vida: termorregulación, equilibrio ácido-base, etc.).

Nivel II: regulación de las respuestas emocionales, en dos direcciones ascendente y descendente. La regulación ascendente( up regulation ) de la emoción es fundamental para “energetizar” la actividad, el comportamiento, en una relación entre afecto y actividad, entre deseo y regulación, y la descendente ( down regulation ), en el sentido de controlar las respuestas emocionales, sean de naturaleza “positiva” como amor, pasión, alegría o negativas como miedo y angustia. Son indispensables en la prevención del colapso orgánico y conductual. En apartados posteriores se detallará el “freno vagal”, mecanismo fundamental en la prevención del colapso.

Nivel III: control del movimiento propositivo de la actividad.

Nivel IV: Plataforma emocional para la interacción social.

Volveremos a estos niveles jerárquicos al relacionarlos con su control neurológico. Tucker cita a Paul Yakovlev, quien al considerar la organización de la movilidad en el cerebro de los vertebrados enfatiza un núcleo interno, la “esfera de la visceración”, basada en la respiración y en la homeostásis, con un siguiente nivel de “exteriorización de los movimientos”, que son los movimientos axiales del cuerpo que reflejan la coordinación gruesa de la postura, básica para la acción, con un siguiente nivel de movimientos apendiculares, es decir, de las extremidades, coordinando la relación de las extremidades con la fuerza gravitacional, con mejores ajustes de la postura y una articulación final del sistema visceral con las áreas orodigitales, con las que la motricidad fina y el lenguaje pueden constituir la exteriorización final(Tucker, 2002).

Ya se mencionó que la autorregulación es más general que regulación de las emociones. Dados los niveles jerárquicos y la direccionalidad planteados, la autorregulación implica mecanismos ascendentes (de up regulation ), van desde los elementos fisiológicos hacia lo cognitivo y sociocultural, se trata de una regulación de alta complejidad, control de la emoción orientado a la persona, integrando múltiples directrices emocionales, mientras el control de las emociones se puede iniciar en los niveles cognitivos y culturales, pero en la regulación descendente ( down regulation ) se implican mecanismos neurológicos, neurotransmisores y elementos endocrinológicos, con niveles de complejidad intermedios orientados a objetivos y niveles de baja complejidad y a necesidades de mantener el placer o evitar el dolor (Vohs andBaumeister, 2016).

Stephen Porges ha mencionado que, dada la importancia de los niveles elementales de la regulación, sorprende que sean comprendidos y explicados de manera insuficiente y ha propuesto una teoría que contribuye a comprender los procesos regulatorios tempranos, es decir, del neonato y del lactante, que no desparecerán con el desarrollo, sino que continuarán rigiendo una serie de respuestas parcialmente automáticas, como una plataforma de la regulación vital en todo el ciclo de la vida. La ha denominado “teoría polivagal”, referida al control neurovegetativo de los sistemas simpático y parasimpático. La teoría polivagal de S. Porges, como lo señala, tiene antecedentes muy importantes en el trabajo de Paul MacLean, quien además de proponer el paradigma del “cerebro trino” (cerebro reptil, sistema límbico, neocortex) legitimó el estudio del comportamiento social, desde la perspectiva neurobiológica:

1. Enfatizó la importancia de la evolución como un principio organizador que modeló tanto la estructura del sistema nervioso como el papel del comportamiento social en la adaptación.

2. Postuló el papel de la actividad del sistema límbico con un enfoque biológico en el estudio de la emoción,

3. Señaló la importancia de los aferentes vagales en la regulación de las estructuras cerebrales superiores. Sobre estas bases,S. Porges desarrolló la teoría polivagal considerando los cambios filogenéticos y las adaptaciones neurofisiológicas del sistema vagal, en la regulación neural jerarquizada, tanto de las funciones autonómicas, como su influencia en la conducta social y en los procesos psicológicos asociados en el estrés y los trastornos psiquiátricos (Porges, 2003a).

De acuerdo con Porges S. (Porges, 2007; Porges and Lewis,2010) y otros autores, los cuatro niveles de organización ya se-ñalados, inician con el funcionamiento del nervio vago ( X par craneal) por su importancia en la regulación autonómica. La teoría se denomina polivagal, haciendo referencia a que existen dos componentes del nervio vago, uno más antiguo, incluye a las fibras no mielinizadas con origen en el núcleo dorsal del vago en el tallo cerebral, categorizado en su correlación filogenética como “el vago ancestral”, y el otro, con vías mielinizadas (núcleo ambiguo del X par) categorizado como “vago moderno”, que se desarrolla desde el último trimestre del embarazo hasta los dos años de edad, seguido del establecimiento de relaciones suprasegmentarias que incluyen del centro del encéfalo a los ganglios basales y el último nivel que integra a la corteza cerebral del hipocampo y de los lóbulos frontales. De tal forma que, el nivel I regula el tono basal (funciones básicas para la vida, que incluyen no sólo el equilibrio ácido-base, temperatura, cardiovasculares y la alimentación. Considera también a las emisiones sonoras de vocalización (llanto) y la movilidad, llamada endoquinesis, movi-lidad “interna”, visceral (Lecours, 1975; Roch-Lecours, 1998). El nivel II, mediante la regulación del freno vagal que controla al nervio vago ancestral hace posible los ajustes internos para adecuarse y adaptarse al medio exterior, cubriendo las necesidades metabólicas con relación a las condiciones de demanda; el nivel III, que controla el movimiento denominado ereismokinesis, es decir, la movilidad emotiva, fly/fight y el nivel IV, responsable de la teloquinesis, la movilidad propositiva y de las interacciones sociales (Lecours, 1975; Porges, 2007; Roch-Lecours, 1998), niveles jerárquicos que se corresponden con los planteados por Yakovlev.

La regulación de los estadios comportamentales es una determinante crítica del espectro de comportamientos sociales que losindividuos pueden expresar. Los mecanismos subyacentes que controlan tales estadios están fuertemente ligados con el sistema nervioso autónomo. Porges, en el desarrollo de su teoría, tiene un elemento referencial para evaluar el funcionamiento polivagal, consistente en el registro de la arritmia sinusal respiratoria RSA ( respiratory sinus arritmia en idioma inglés) (Porges, 2011). Enla investigación de los cambios madurativos tempranos de la regulación vagal aparecen algunos cambios como la supresión de la RSA ante condiciones de perturbación funcional que retan al neonato y le permiten mejor regulación de los estadios funcionales, capacidad de autoconsolarse y controlar mejor sus procesos de atención y vinculación social ( social engagement ) (Graziano, etal., 2007; Stifter and Corey, 2001).

La capacidad para regularse sigue una trayectoria del desarrollo durante la etapa temprana de la vida. Conforme los circuitos neurales implicados en la regulación empiezan a estar a la disposición del niño en desarrollo, surgen de manera paralelanuevas oportunidades y conductas de socialización que generan fuertes vínculos. Sin un sistema vagal (o un nervio vago) dinámico, eficiente y mielinizado es difícil regular el estadio comportamental y desplegar los componentes del social engagement : expresión facial, prosodia vocal, implicados desde etapas muy tempranas del periodo neonatal, en la conducta alimentaria ( in- gestive vagal reflexes ).

En estadios tempranos del desarrollo, el inicio de la alimentación constituye un reto funcional y suscita una respuesta vagal “ingestiva” que genera secuencias conductuales y control de la musculatura estriada de la cara, de la cabeza y del cuello. El vago mielinzado induce el “freno vagal” al corazón que hace posible el aumento de la actividad metabólica para permitir mayor movilización de los recursos energéticos necesarios para iniciarla succión, ingerir la leche con recuperación posterior del tono vagal para un estado posprandial tranquilo, para apoyar la digestión y calmar al niño. Porges y otros autores han estudiado el ASR como indicador de la actividad del vago mielinizado, pero para esta discusión no es necesario profundizar este aspecto de sus investigaciones. De acuerdo con los planteamientos de Lecours y Yakovlev, la endokinesis está regulada por las conexiones aferentes y eferentes, de los núcleos vagales, específicamente el núcleo ambiguo y el núcleo del tracto solitario en sus conexiones al hipotálamo en la relación visceral “interna” y con el tálamo como interface con el exterior, sitio de asociación con los otros pares craneales que participan en la sensibilidad y movilidad de la musculatura facial, lingual y palatina, en las conexiones límbicopetas y límbicofugas. En el transcurso de las primeras semanasde la vida extrauterina se organizan las conexiones bidireccionales de la corteza frontal con las estructuras del sistema límbico, que regulan las conductas iniciales de comunicación y social engagement (vínculo social, interacción y apego) (Porges, 2011).Desde una perspectiva evolutiva, en el desarrollo del niño se producen cambios neuroanatómicos de orden superior que le permiten emplear señales sociales para regular el freno vagal. Es posible que a través de la neurocepción (Porges, 2003b), las señales de expresión facial y prosodia vocal de un cuidador amoroso desencadenen la actividad de las vías corticolímbicas que reclutan el freno vagal a la calma, mientras que las características faciales y vocales de un extraño pueden inhibir el freno vagal para permitir la movilización de comportamientos defensivos y de protesta. De esta manera, Porges y colaboradores enfatizan que el desarrollo temprano del sistema autónomo proveen la plataforma para el comportamiento social, a lo cual se puede agregar la idea del papel del desarrollo incipiente de las emociones en el establecimiento del vínculo social (Porges and Furman, 2011;Porges, 2011).

Con relación a lo previamente expuesto, es necesario enfatizar, por una parte, el desarrollo ontogenético del sistema vagal “moderno” y, por otra, el control de la actividad de depresión funcional bien conocida del vago no mielinizado. A pesar de los cambios evolutivos, los humanos y otros mamíferos conservaron el sistema vagal primitivo. A este respecto, Porges argumenta el principio Jacksoniano de disolución funcional. Si en un sistemano se dispone de la funcionalidad de las estructuras de reciente adquisición, se emplean las onto y filogenéticamente anteriores, en este caso el sistema vagal primitivo, en vez de funcionar como si se tuviera menor edad, “nos convierte en cocodrilos”. Ante situaciones estresantes, lo que para los organismos filogenéticamente anteriores es un mecanismo adaptativo, en los nacidos prematuros y en los neonatos asfixiados, nacidos al término dela gestación condiciona un riesgo de mortalidad. Los neonatoshumanos, al nacer tienen un sistema vagal parcialmente mielinizado que continuará su desarrollo a partir de los primeros meses posparto como se mencionó. Conforme evoluciona la mielinización, al mismo que tiempo que se consolidan las relaciones supra segmentarias se regulan no sólo las funciones viscerales sino se establece la plataforma para lograr el vínculo y las relaciones sociales más complejas. Sin embargo, los prematuros de edad gestacional menor a treinta semanas carecen de un sistema vagal plenamente funcional, carecen del “freno vagal”, por lo tanto, su capacidad para regular el funcionamiento visceral es limitada y dependen del sistema nervioso simpático y del vago ancestral para cubrir sus necesidades fisiológicas, como el aumento de la frecuencia cardiaca en respuesta al estrés, a la alimentación ( ingestive refelexes ), a la movilización y al llanto. También los hace muy vulnerables a condiciones clínicas como los estados de hipotensión, disminución de la saturación de oxígeno, causados por bradicardia o apnea. Además, tanto sus sistemas sensoriales de interocepción, como los eferentes vía de los pares craneales V al XII también están inmaduros. Así, un freno vagal deficiente y vías sensoriomotoras inmaduras no le permiten establecer adecuadamente el vínculo social ( social engagement ), sin considerar que es frecuente que se encuentren en las unidades de cuidados neonatales, sin contacto corporal, con diversos dispositivos como sondas de alimentación, de respiración o de canalización vascular. No es el sitio para analizar si estas condiciones impactarán el desarrollo futuro, cómo lo impactarán o mediante qué mecanismos lo compensarán. Lo importante es enfatizar la relación del funcionamiento del sistema autónomo como base del desarrollo futuro de las emociones, de la cognición y del lenguaje en el contexto de la interacción social.

En los prematuros y en los neonatos de término que han padecido asfixia, el “freno vagal” al vago no mielinizado no opera. Las respuestas del sistema simpático tienden a regular la situación, produciendo taquicardia y aumento de la frecuencia respiratoria, como una reacción de actividad o de pelea (fight-flight), pero esta respuesta tiene límites. En los casos graves, tanto los prematuros como los asfixiados requieren asistencia ventilatoria, dispositivos térmicos, líquidos parenterales, como se brindan en las unidades neonatales de cuidados intensivos.

El otro elemento a enfatizar es el funcionamiento bajo el concepto de “neurocepción” o también interocepción. Aproximadamente el ochenta por ciento de las fibras mielinizadas son aferentes y permiten comunicar al cerebro el estado de los órganos internos (corazón, pulmones, estómago, etc.) (Damasio, 2003), que consiste en la propiocepción ante el establecimiento del “vínculo social” ( social engagement) por condiciones que podríamos llamar positivas o negativas, estresantes. Se trata de una especie de comunicación entre las condiciones del ambiente exterior con las internas del organismo que conducen a experimentar sentimientos que a su vez consisten en emociones (Damasio, 2003).Además, el sistema vagal mediante la vía corticobulbar está suficientemente desarrollado en el neonato y le permite percibir señales de su cuidador, vocalizaciones y expresiones para iniciar el vínculo social (sonrisa, succión, ajustes posturales), mediante vías viscerales especiales eferentes de los nevios V, VII, X, XI y XII (Porges, 2003b). El sistema vagal integra la información interoceptiva con la cognición y determina las respuestas, es decir,la distribución de los recursos conductuales. Un organismo no regulado no puede disponer de los recursos energéticos para contender con las necesidades externas, para lograr el vínculo o bien, por el contrario, para romperlo. No sólo la ruptura del vínculo social, sino la afectación de las condiciones homoestáticas la produce el “vago ancestral” con su influencia depresoracardiorrespiratoria, produciendo en una diversidad de organismos, incluyendo mamíferos y tal vez humanos, una respuestade “depresión funcional externa” o reacción de inmovilización,llamada reacción de “ freezing ”. De forma teleológica, es posible argumentar que algunos organismos aparentan estar “muertos”, lo que puede librarles de sus agresores. Esta es la condición que seguramente motivó a Darwin a describir el caso de colapso ante situación de estrés, del personaje de la novela de Mrs. Oliphant:“...Esto reacciona en el cerebro y entra en estado de postración seguido de colapso muscular y mirada apagada” (op cit). En los prematuros y neonatos asfixiados ante demandas funcionales, esta reacción les puede conducir a la muerte, mientras dentro de los márgenes funcionales “normales” esta regulación del gasto cardiaco favorece el establecimiento del vínculo o su ruptura.

Como conclusión, podemos señalar que Porges propone que el sistema vagal, tanto en sus componentes que conservan la historia evolutiva de naturaleza filogenética, como en sus componentes de reciente adquisición biológica, constituyen el primer sustrato de la autorregulación, desde los niveles jerárquicos neurovegetativos, hasta la emoción y la cognición, en sus relaciones interactivas con el medio ambiente y con otros organismos. Así constituye la plataforma para la supervivencia, el vínculo social y el desarrollo integral a través del ciclo vital. Porges nos ha permitido entender cómo los sistemas biológicos explican por qué una expresión facial de cariño, en correspondencia con un tono de voz modulado, es capaz de promover la organización entera del ser humano, con todas las implicaciones sobre la emoción, la cognición y las relaciones sociales.



Fuente: Capítulo Nro 5 del PDF EMOCIONES: PERSPECTIVAS ANTROPOLÓGICAS. Por: Florence Rosemberg Bernardo Yáñez José Luis Vera Cortés. 39 -55