ASPECTOS BÁSICOS DE LAS EMOCIONESEN HUMANOS Y NO-HUMANOS:CIRCUITOS NEUROBIOLÓGICOS Y LA OBSERVACIÓN DIRECTA

Los trabajos recientes en neurobiología relacionados con las emociones, consideradas como básicas y de sobrevivencia, han señalado lo que tienen o no tienen estas emociones en común entre humanos y no-humanos. La problemática es cómo registrar y entender las emociones cuando son concebidas a partir del humano y, en la mayoría de los casos, el concepto traspasado al no-humano cuando se trata del comportamiento comparativo entre ambos. Para confrontar esta problemática, Joseph LeDouxen “Rethinking the emotional brain” (LeDoux, 2012) proponecircuitos neurológicos como método de evaluar en animales no-humanos respuestas a eventos que son definidos como emociones en los humanos. Él propone que es una manera más objetiva de lograr las comparaciones.

En mi caso, pienso que, de una manera más subjetiva, la observación directa de animales domésticos con relación a los humanos también es importante y válida como estudio cuando se trata de lograr una comparación con las emociones básicas en humanos. El hecho de observar en condiciones naturales da otro tipo de apreciación, aparte de los estudios neurológicos. Ambos métodos pueden apoyarse uno al otro para una visión más completa cuando se trata de una comparación del fenómeno de las emociones básicas humanas y los circuitos neurológicos de sobrevivencia de los animales no-humanos.

EL PROBLEMA DEL LENGUAJE

El lenguaje para describir las emociones básicas puede ser una de las problemáticas que afecta la comparación entre humanos y no-humanos. Nosotros utilizamos términos que representan nuestras emociones básicas para describir las que consideramos similares en los animales domésticos en particular. Es común oír o decir que el perro se pone triste al quedarse solo cuando salimos de viaje. Asociamos la tristeza con su comunicación vocal o lenguaje corporal y su comportamiento en general, que identificamos a la vez con nuestras propias experiencias de tristeza, en situaciones similares. La pregunta es: ¿en realidad el perro tiene tristeza, como nosotros los humanos la sentimos o tenemos, o es una reacción o respuesta mental —neurológica— provocada por la preocupación de sobrevivencia por estar solo? Por ejemplo, el perro puede dudar sobre la seguridad de la comida y la seguridad del grupo doméstico. ¿Qué es lo que siente el perro: tristeza,miedo o inseguridad? Sabemos que hay una reacción dramática en muchos casos en esa situación. ¿Cómo podemos entonces definir o describirla? ¿Usamos nuestros propios términos que describen nuestras emociones por falta de un lenguaje especial dedicado a las emociones y fenómenos mentales del animal no-humano?

Anna Wierzbicka, en su libro Emotions Across Languages andCultures: Diversity and Universals (Wierzbicka, 1999: 2, 3), comenta que el término y el significado de emoción tiene problemas.Desde allí comenzamos con conflictos lingüísticos de las descripciones que intentamos lograr. Como un ejemplo, Wierzbicka discute el término emoción en alemán, haciendo énfasis en que tieneun significado más hacia el término sentir. La traducción de emootion del inglés al alemán es geftihl que viene de filhlen (to feel in inglés). Ella comenta que geftihl no hace distinción entre si lo que se siente es mental o es físico. Según Wierzbicka, para resolver este problema, en el lenguaje alemán científico contemporáneo ya se utiliza el término científico en inglés emotion (Wierzbicka,1999: 2, 3)

Existe ambigüedad en el uso y significado entre los términosde sentimiento y emoción. Según LeDoux (2012: 553) existen términos como miedo, enojo, amor, tristeza,celos, entre otros, para describir los estados de sentimiento, y cuando los científicos estudian emociones en humanos es típico utilizar estos términos de sentimiento como guías de referencias al investigar el tema de las emociones. LeDoux argumenta que con el uso de términos que representen sentidos para describir emociones con los humanos encontramos problemas y que es mucho más complicado hacerlo con otros animales, si consideramos que existen fenómenos emocionales compartidos entre humanos y no-humanos(LeDoux, 2012: 553)

LOS CIRCUITOS DE SOBREVIVENCIA DE LEDOUX

LeDoux (2012: 653) critica la introspección desde la experiencia subjetiva humana que, según él, no es el mejor punto de arranque para tratar este tema complejo. Propone un método alternativo a los métodos que él considera de fondo subjetivo, lo cual hace posible identificar neurológicamente el fenómeno que incluye las repuestas que ocurren cuando un organismo detecta y responde a eventos significativos en el curso de su sobrevivencia o del mantenimiento de su bienestar. Su propuesta es sobre circuitos que inicien funciones que hagan posible que los organismos sobrevivan, incluyendo los circuitos involucrados en la defensa, el mantenimiento de energía y los recursos nutritivos, el balance de líquidos, la termorregulación y la reproducción. Sigue LeDoux comentando que estos circuitos de sobrevivencia y sus funciones adaptativas son conservados a un grado significativo a través de las especies mamíferas, incluyendo a los humanos. Aunque hay aspectos específicos por especie de estas funciones, también existen componentes básicos de estas funciones que son compartidos por todos los mamíferos (LeDoux, 2012: 253)

De acuerdo con este autor (2012: 654), desde hace tiempo es reconocido que el cuerpo es un sistema altamente integrado, que consiste de múltiples subsistemas que trabajan en conjunto para sostener la vida minuto a minuto y a largo plazo. Una de las funciones mayores del cerebro es la coordinación de las actividades de estos variados sistemas del cuerpo. Sigue LeDoux proponiendo que una categoría importante de las funciones cerebrales de sostenimiento de la vida es aquella lograda a través de interacciones conductuales con el medio ambiente. Los circuitos de sobrevivencia detectan estímulos claves basados en programación innata (genética - selección natural) o experiencias pasadas. LeDoux (2012: 655) plantea la diferencia de los circuitos de sobrevivencia y de las emociones básicas. Las emociones básicas tratan de explicar lo que sienten como el responsable del circuito que representan. En cambio, según él, los circuitos de sobrevivencia no tienen ninguna relación directa, como papel causal, con el hecho de sentir cosas como felicidad, amor, agresión, entre otros. Los circuitos de sobrevivencia tienen influencia indirecta sobre los que sienten los humanos y no-humanos, pero su función es negociar interacciones de conducta en situaciones donde existen retos y oportunidades (LeDoux, 2012: 655).

Como ejemplo, LeDoux propone (2012: 657) los circuitos en el contexto de la defensa como circuitos innatos y aprendidos de estímulos. En el campo de las emociones básicas, estos circuitos son descritos como no-condicionados y condicionados como estímulos de miedo. El autor describe, con el enfoque de la neurobiología, el circuito de la defensa que primero el estímulo o clave, sea visual, de sonido u olfato de la amenaza, llega al sistema sensorial y luego pasa a la amígdala, luego al hipotálamo, después al mesencéfalo o cerebro medio y finalmente al sistema motor. Depende de la especie la respuesta de defensa a la amenaza. Sigue LeDoux (2012: 658) argumentando la importancia del fenómeno de interés, las emociones básicas de sobrevivencia, sea conceptualizado en una forma más adecuada para entender la relación de los hallazgos de la investigación animal con la condición humana. Es aquí donde LeDoux hace énfasis en que los circuitos de sobrevivencia propician tal tipo de conceptualización.

OBSERVACIONES DIRECTAS EN CONDICIONES NATURALES

Pienso que las propuestas de LeDoux son un apoyo científico excelente basado en la neurología —los circuitos básicos de sobrevivencia— para tratar de entender las emociones de humanos y no-humanos. Este método presenta datos concretos y científicos y, además, comparables. Depende del acceso a un laboratorio equipado con los instrumentos para registrar el proceso de los circuitos neurológicos en cuestión. Por otro lado, también creo y defiendo el valor de evaluaciones subjetivas a través de la observación y participación directa con los animales en el medio natural y creo que se pueden lograr comparaciones a nivel de las emociones básicas de sobrevivencia.

El valor de las observaciones directas como método de investigación es defendido por Marc Bekoff. Él comenta en su artículo “Animal emotions: exploring passionate natures” en la revista BioScience (Bekoff, 2000: 861-870) la necesidad que los científicos pongan más atención al conjunto de las anécdotas, los datos empíricos y los argumentos filosóficos para las futuras investigaciones de las emociones de los animales no-humanos. Según él, todos los puntos de vista deben ser tolerados mientras vayan hacia nuevos acercamientos que expandan el conocimiento o entendimiento de los humanos sobre las emociones de los animales no-humanos. Sigue comentando que el estudio riguroso de las emociones de los animales no-humanos está todavía en su infancia y la investigación tendrá mucho beneficio con una perspectiva pluralista (Bekoff, 2000: 862)

En seguida quiero exponer dos casos de participación —ob-servación directa como ejemplos de esta problemática en el medio natural. En los dos casos descritos a continuación se trata de la posibilidad de identificar y entender los circuitos de sobrevivencia y las emociones básicas.

El caso de Lavetto

Un día por la mañana, montando mi caballo Lavetto de repente salió un pájaro de los árboles muy cercanos frente a nosotros. Yo vi el pájaro y de inmediato reaccioné con aceleración de corazón, aumento de adrenalina, inmediato reflejo de los músculos apretando el albardón y acortando las riendas del caballo por si acaso el caballo reaccionara con arrancar o con un movimiento violento. Lo curioso fue que mi caballo tardó en reaccionar, casi hasta que el pájaro pasara frente a su nariz, y solamente movió su cabeza a un lado. Ni el caballo, ni yo tenemos aversión a los pájaros en sí, entonces, ¿por qué tuve yo tal reacción?

La emoción de miedo en humanos, o el circuito neurológico de la defensa que propone LeDoux, son considerados básicos en los mamíferos, originándose en la amígdala. Pero en mi caso, la información visual del pájaro fue procesada al instante también en mi neocórtex. Ahí este evento cognitivamente se ligó con experiencias anteriores de caballos asustados arrancando ante el peligro de un accidente. El pájaro en si no me provocó la emoción de miedo, la causa fue el pájaro volando de repente frente al caballo. Se trata de la experiencia adquirida de situaciones similares en que objetos en movimiento sorprenden a los caballos, y estas experiencias se encuentran guardadas en la memoria. La reacción tan rápida de mi sistema motor fue de sobrevivencia, de no sufrir un accidente crítico. En este caso se puede imaginar y hablar del circuito de sobrevivencia; la imagen visual del vuelo del pájaro frente al caballo fue capturado neurológicamente por el sistema sensorial, luego pasó la amígdala y procedió con mucha rapidez al neocórtex. La memoria de experiencias anteriores entró en conjunto para mandar una señal clave al sistema motor provocando una reacción fisiológica inmediata.

Lavetto al contrario no hizo mucho caso al pájaro y, afortunadamente, no reaccionó con mi aumento de adrenalina y la contracción muscular del cuerpo. Los caballos suelen captar esta reacción física del jinete y eso puede causar otros problemas como duda y pérdida de confianza en el jinete por parte del caballo. Esta pérdida de confianza o duda produce la reacción de defensa en el caballo: la posibilidad de un peligro. Pero Lavetto al contrario, estaba en un medio que le era familiar, donde trabajaba diario y no había tenido malas experiencias con los pájaros que pudiesen haber provocado una acción de defensa (circuitos de sobrevivencia) o la emoción de miedo (emociones básicas).En el caso del caballo, la percepción visual, junto con otras percepciones de peligro, son procesadas en la amígdala. Luego pasa la información al hipotálamo, al cerebro medio y termina en el sistema motor. En el caballo no hay el complejo proceso cognitivo en el neocórtex como en los humanos. Eso explica porque no se asustó Lavetto con un pájaro en el medio conocido por él. Yo, en cambio, por procesar la información visual en el neocórtex,sí tuve una reacción de defensa. La respuesta fisiológica de mi cuerpo fue de sobrevivencia o, descrito en lenguaje de este fenómeno en los humanos, la emoción de miedo. En este caso se trató en el neocórtex la información de una experiencia reciente de un accidente muy serio a caballo me afectó neurológica y físicamente. Esta reacción de inmediato me sorprendió y me provocó inquietud por saber más de estos fenómenos neurológicos y cómo describirlos cuando se trata de nosotros los humanos y los animales no-humanos con los que compartimos la vida diaria. Estoy convencida de la importancia de los circuitos de sobrevivencia de LeDoux, como un método de adquisición de datos objetivos y, también, del apoyo de observaciones subjetivas para lograr una visión lo más completa posible

El caso de Úrsula

Hacia el fin de año de 2014 tuve un serio accidente montando a caballo que me llevó a estar en cama por un mes sin poder caminar. Hubo necesidad de alojarme en un cuarto junto a las caballerizas y afuera de la casa, dado que ahí existen escaleras y desniveles y la silla de ruedas no resultaba operante. El caso es de mi perra Úrsula, una gran danés de ocho años de edad, a mi regreso del hospital cambió radicalmente su comportamiento. El hecho de instalarme en el cuarto provisional y no en la casa fue el primer aviso para ella de que las cosas no iban bien. Peor fue cuando se dio cuenta que no podía moverme de la cama si no fuera en silla de ruedas. De ser una perra alegre, juguetona, muy activa guardián de la casa y la cuadra de caballos, de repente no quería apartarse de mi lado y se mantenía pegada a mi cama, y por ningún motivo se movía de allí. Se ponía por en medio de cualquier persona que se acercaba y cuando entraba alguien ajena, se ponía de cara muy seria con todo el cuerpo tenso y con su cuerpo formaba una barrera que evitaba el acercamiento. Dormía y comía en el cuarto, y solamente salía muy rápido y cerca para sus necesidades básicas. La única persona ajena de la casa que ella aceptaba fue Rosi, la enfermera, al ver que ella me cuidaba y resolvía los problemas de sobrevivir diarios. Al terminar el largo periodo de estar encamada, un mes, y finalmente poder caminar y subir escaleras, cambié a la casa. Al momento de regresar a mi lugar de costumbre y comportarme más o menos comoantes, Úrsula regresó a su vida normal. Ya quería estar afuera de la casa durante el día para participar en las actividades diarias y regresar a su papel de ser la guardiana de la cuadra y casa como siempre lo ha hecho.

Al analizar esta conducta de Úrsula, la pregunta es: ¿existe alguna emoción básica comparable con los humanos en su respuesta a la situación en cuestión? El hecho que yo, mujer alfa del grupo doméstico de humanos y no-humanos, perros, gatos y caballos, principalmente, estaba afuera de acción física, como herida o enferma. Eso implicaba que no iba a asegurar los alimentos, poder mantener el orden establecido en el lugar, atender cualquier malestar y proporcionar protección en general contra eventos peligrosos. De acuerdo con mi observación directa, esta situación provocó en ella la necesidad de protegerme a toda costa, como una situación de sobrevivencia. Ahora, ¿qué es lo que ocurrió? Una posibilidad sería que la situación provocó alguna emoción básica de tipo humana como angustia o miedo de que su mundo se tornó inseguro y hubo necesidad de cuidarme para regresar a la normalidad. Otra posibilidad es que fue una respuesta neurológica de los circuitos de sobrevivencia de defensa frente a la situación en cuestión. Y luego existe la posibilidad, que es a través de respuestas innatas de la especie, de la protección de un miembro del grupo que quedó indefenso e incapacitado, que es clave en el bienestar de todos. La pregunta es: ¿cómo podemos comparar esta experiencia con las emociones básicas humanas y cómo podemos describir estas emociones comparativamente? Reconozco y me inquieta la problemática de cómo entender este fenómeno de convivencia y dependencia tan importante entre Úrsula y yo. En mi caso, es una experiencia de intriga mental y surgen preguntas sobre la mente animal y la conducta comparativa con nosotros los humanos.

Pienso seguir con mis observaciones directas en condiciones naturales con animales domésticos y, cuando sea posible, también silvestres. Pienso que es importante tomar en cuenta lo que dice Marian Dawkins en Animal Minds and Animal Emotions (Dawkins, 2000: 883–888), que hemos investigado más las habili-dades de cognición animal, como los casos de Kanzi y Alex, y notanto fenómenos como las emociones.

COMENTARIO FINAL

En los dos casos descritos arriba de observación directa, no hubo la oportunidad de utilizar métodos de laboratorio para hacer un estudio de los circuitos neurológicos que expone LeDoux mencionados anteriormente, como método de evaluar objetivamente en humanos y animales no-humanos las respuestas a eventos específicos. Sería excelente poder identificar la trayectoria del circuito neurológico en el caso de Úrsula para poder entender mejor el proceso y conducta, y lograr una comparación con humanos.

En este caso, propongo que es importante, además, apoyarse en una evaluación más subjetiva de observación directa del comportamiento e intercomunicación. Somos, como humanos obviamente, mucho más complejos neurológicamente cuando se trata de los circuitos que conducen las respuestas a eventos que indirectamente señalan las emociones como bien planteó LeDoux. Pero no podemos desligarlo completamente de los seres no-humanos si queremos entender al fondo el fenómeno de las emociones humanas, pues compartimos como mamíferos demasiado en común. Además, pienso que es importante incluir observaciones de la dependencia entre los humanos y no-humanos, y considerar la comunicación corporal y vocal entre nosotros y muchas de las especies domesticadas. Tenemos muchas veces necesidad de entender y describir las reacciones a ciertas circunstancias de los animales no-humanos y, en mi opinión, las emociones básicas humanas sí son identificables de una manera especial, tal vez no idéntica pero comparativa, tomando en cuenta la problemática de describirlas lingüísticamente. Los términos que utilizamos entre humanos no son los más adecuados en muchos casos, pero hay que tratar lo más posible de entender la mente del otro no-humano. Idealmente, la combinación de estudios de circuitos neurológicos que propone LeDoux y la observación directa en situaciones naturales sería más completa y de mucho valor. Desafortunadamente no siempre hay las posibilidades de estos estudios combinados; no hay acceso a laboratorios para casos específicos concretos o, en otras circunstancias, no hay capacidad de observación en medios naturales. Además, al tratar de entender las emociones humanas y no-humanos, se trataría de buscar términos adecuados y aceptados científicamente para describir las observaciones correspondientes



Fuente: Capítulo Nro 4 del PDF EMOCIONES: PERSPECTIVAS ANTROPOLÓGICAS. Por: Florence Rosemberg Bernardo Yáñez José Luis Vera Cortés.