¿Cómo gestionar las emociones y la respuesta del cerebro ante ellas?

Afirmar que las emociones dependen de la interpretación propia de los estados físicos significa que somos conscientes de ellas. Sin embargo, algunas personas pensarán que, si fuese tan fácil, conseguiríamos cambiar dichas interpretaciones sin que suframos alteraciones emocionales ni trastornos del estado de ánimo.

Importante: emociones

Reprimir las emociones es algo negativo, por lo que hay que aprender a gestionarlas













 

¿Cómo regular las emociones?

Es importante destacar que las emociones no nos fuerzan a responder de forma particular sino que únicamente hacen que haya una respuesta más probable. Por ejemplo, ante sensaciones físicas fuertes y desagradables, como un ataque de ansiedad, somos más propensos a la represión. Esta reacción o estrategia es una de las más comunes, junto con la revaluación cognitiva.

 

Con la represión (que puede ser deliberada o automática) baja el nivel expresivo de la emoción. Sin embargo, la experiencia consciente es intensa igualmente. De hecho, incluso la respuesta fisiológica aumenta la intensidad, por el esfuerzo de inhibir de la respuesta expresiva. 

 

Hay varios estudios científicos que prueban que las personas que emplean esta técnica de represión de las emociones suelen tener más emociones negativas y menos positivas. Y, además, reprimir las emociones está relacionado con una afectación en el rendimiento cognitivo, sobre todo en la memoria.

 

En cambio, la reevaluación cognitiva se basa en una reconstrucción de la situación, para disminuir el impacto emocional. Por ejemplo: si antes de una entrevista de trabajo nos sentimos tensos podemos intentar cambiar la interpretación de la situación, quitándole la valencia emocional. Así, es útil reevaluar la situación y pensar en que, anteriormente, hemos afrontado retos más difíciles, o que estamos preparados para ese nuevo reto.

 

El estrés impide un correcto control emocional

En la sociedad actual estamos acostumbrados a vivir en situaciones de competencia, lo que genera estrés. Este es una respuesta totalmente automática del sistema nervioso que nos permite “sobrevivir” en entornos difíciles. Cuando sufrimos un episodio de estrés el córtex activa los centros emocionales del cerebro, que empiezan a enviar mensajes de alerta al organismo. Así, el sistema nervioso simpático y la glándula suprarrenal se activan y liberan cortisona y adrenalina. De la misma manera, la parte del cerebro responsable de la regulación emocional (corteza prefrontal), pierde el control sobre los centros emocionales.

 

Si lo trasladamos a una orquestra, la corteza prefrontal será el director, que dirige todas las funciones:

  • Conto lar arriba-debajo de los impulsos e instintos
  • Atención y focus
  • Expresión de la personalidad
  • Inhibición de conductas
  • Toma de decisiones
  • Recuperación de memorias o recuerdos

 

Además, hay factores epigenéticos que hacen que muchas personas tengan el sistema nervioso simpático con un umbral de excitación más bajo o más alto, por lo que son más propensos o menos a sufrir estrés y, por lo tanto, más susceptibles de regular inadecuadamente las emociones.

 

¿Cómo controlar mejor el estrés?

Para las personas que sufren más el estrés es importante controlarlo con actividades: dar un paseo, controlar la alimentación, hacer regularmente meditación, yoga o deporte, por ejemplo.

 

No obstante, en algunos casos, llevar a cabo estos hábitos no significa bajar los niveles de frustración y ansiedad, sobre todo bajo condiciones de estrés, donde controlar de forma deliberada nuestra respuesta emocional puede ser difícil. De ahí que sea importante estar alerta, para poder detectar qué estrategia elige nuestro cerebro. Cambiar los patrones subconscientes es posible gracias a la ayuda de los especialistas en Psicología y técnicas como el Neurofeedback o el Mindfulness.




Bibliografía:.
https://www.topdoctors.es/